…Una excusa más basada en el prejuicio
Prácticamente, en todos los debates y conversaciones sobre cambio organizacional hay alguien que hace la afirmación obvia de «el cambio es difícil». A priori, esto es cierto: cambiar requiere esfuerzo. Sin embargo, el problema de esa actitud, que se transmite a todos los niveles de nuestras organizaciones, es que equipara los conceptos «difícil» y «fracaso». Algo que frena nuestras iniciativas de cambio, las cuales tienen en realidad una tasa de éxito más alta de lo que creemos.
Nuestro sesgo hacia el fracaso está conectado con nuestros cerebros. En una serie de estudios publicados recientemente, los investigadores de la Universidad de Chicago Ed O’Brien y Nadav Klein (EE.UU.) descubrieron que nosotros mismos asumimos que el fracaso se da con más frecuencia que el éxito. En consecuencia, tendemos a tratar de forma errónea los éxitos como casualidades y los errores y fracasos como pruebas irrefutables de que, en efecto, el cambio es difícil.
Por ejemplo, en uno de los estudios, los investigadores presentaron a los participantes las estadísticas de la temporada de un atleta estrella que había obtenido peores resultados de lo habitual. Los participantes concluyeron rápidamente que la carrera del deportista había tomado una espiral descendente irreversible. Por el contrario, cuando se les presentaron las estadísticas de un atleta mediocre a lo largo de su carrera pero que tuvo una temporada brillante, las mismas personas llegaron a la conclusión de que esa mejora en el rendimiento se debía simplemente a una casualidad…Ver + info
Fuente: Harvard Business Review
Escrito por
–